José Antonio Molina Mora

José Antonio Molina Mora
Coach para Emprendedores, Experto en Creatividad para el desarrollo humano.

viernes, 15 de marzo de 2013

Creencias limitantes del Emprendedor. ¿Emprendemos?








Las creencias son filtros por donde vemos  e interpretamos el mundo según nuestra historia de vida y nuestras experiencias, tanto reales como imaginadas. Así mismo, una creencia puede convertirse en un potenciador o limitador para lograr vivir de la manera que quieres.

¿Cuántas veces  has sentido que existen  sombras que te detiene para conseguir realmente lo que deseas? Te has puesto metas y siempre pasa  algo que naturalmente no te permite alcanzarlas.  No te alarmes, esas sombras están conformadas por varios factores pero una buena parte está formada por creencias limitantes.

Las creencias limitantes son aquellas que coartan nuestro potencial y son un obstáculo para alcanzar nuestras metas.  Aunque por lo general se forman durante nuestra niñez o a lo largo de nuestra vida, no siempre es así, ya que las creencias también pueden estar formadas de manera virtual por nuestro pensamiento o nuestra imaginación.

Desde un punto de vista fisiológico la zona pre-frontal pierde riego sanguíneo cuando estamos afectados por las creencias limitantes.  Se produce una interferencia en nuestras funciones básicas cerebrales, que muchas veces llamamos bloqueos

De esta manera surge una pregunta muy interesante: ¿cómo afectan las creencias limitantes al emprendedor?

Pero antes de contestar a este interrogante, tenemos, según Wikipedia, que un emprendedor es una persona que enfrenta, con resolución, acciones difíciles.  Específicamente en el campo de la economía, negocios o finanzas, es aquel individuo que está dispuesto a asumir un riesgo económico o de otra índole. Desde este punto de vista, el término se refiere a quien identifica una oportunidad de negocio y organiza los recursos necesarios para ponerla en marcha.   

Los seres humanos estamos cargados de creencias que impiden y bloquean nuestras acciones, ya sea por nuestra propia experiencia o aprendizaje como por la capacidad de nuestro cerebro para crear situaciones. Estas creaciones de nuestra mente pueden estar fundamentadas en vivencias reales del mundo que le rodea, como la vida de alguien que conocemos, o bien en películas, cuentos, historias, anécdotas... y cualquier elemento susceptible de alimentar nuestros miedos y temores, ideas o creencias.

Podemos localizar o identificar esas creencias que nos limitan a emprender.

Para localizar nuestras creencias limitantes podemos hacernos preguntas como:

• ¿Cuál es la causa de que no pueda tener mi propio negocio? ¿Cuál es la causa de que aun cuando tengo buenas ideas no puedo llevar a la práctica o a un papel ninguna? ¿Cuál es la causa de que no tenga dinero? A lo que nos podemos responder, por ejemplo: porque  siempre tiendo  a dejar todo a mitad del camino, o porque todos los hombres/mujeres tienen pánico a la crítica o al éxito, o porque en mi familia nadie se hace rico o los ricos están completos. Ya tenemos aquí tres ejemplos de creencias limitantes.

• ¿Qué significa para mi…? Siguiendo con los ejemplos de antes, nos preguntaríamos: ¿qué significa para mí no ser mi propio jefe, qué significa para mí ser exitoso y valiente, o no ganar dinero? Quizás todo eso es una ratificación de que no somos merecedores de un negocio propio o es mucha responsabilidad, o que no valemos lo suficiente, o que somos incapaces de generar riqueza. De nuevo, ya hemos descubierto tres creencias limitantes más...

• ¿Cuál es la finalidad de...? Y ¿qué pretendo obtener con...? Por ejemplo: ¿cuál es la finalidad de tener mi propia empresa? Ser independiente. Luego la creencia limitante sería si no tengo mi propia empresa, no soy libre o exitoso. O ¿cuál es la finalidad de ganar dinero? Ser feliz. Luego la creencia limitante sería si no tengo dinero, no soy feliz...

Otros interrogantes que podemos formularnos son: ¿Qué ocurriría si… (Tengo mi propia empresa, ejecuto mis ideas y las llevo a la acción y con ello tengo libertad económica y financiera)? ¿Qué me lo impide? ¿Alguien de mi familia tiene esas mismas creencias? ¿Cómo contribuyo yo a que pase aquello que me creo?

Por eso podemos decir que nuestra mente está entrenada en la limitación y no en la abundancia, y para poder emprender, el objetivo principal es generar valor.  Y no puede haber generación de valor si nosotros pensamos que no podemos influir en cualquier circunstancia por compleja que sea.

Para terminar, les invito a que respondan a esta pregunta:  ¿Cuál es el coste, físico, financiero, familiar y  emocional si sigues manteniendo estas creencias o cualquier otra  que haya venido a tu mente mientras leías este artículo?

jueves, 28 de febrero de 2013

El miedo al éxito, un veneno letal para mis sueños…






"Cuenta una fábula India que había un ratón muy angustiado porque tenía miedo al gato; un mago que se compadecía de él, lo convirtió en gato. Pero entonces comenzó a tener miedo del perro y el mago lo convirtió en perro; éste empezó a tener miedo de la pantera. El mago ya cansado de sus intentos por quitarle el miedo, lo convirtió en ratón otra vez y le dijo: -Nada de lo que haga va a servirte de ayuda porque siempre tendrás el corazón de un ratón-".


Cuando leí este párrafo en internet recordé la cantidad de veces que he tratado de ser distintas personas solo para enfrentarme al mismo problema, al miedo. Aún cuando el miedo sirve para protegernos y garantizar nuestra evolución y supervivencia, también neutraliza nuestro crecimiento y nuestro compromiso con aquello que nos hemos propuesto o queremos llegar a ser.


El miedo evolutivamente nos ha permitido llegar como especie hasta el día de hoy, y podemos describir al éxito como una situación de triunfo o logro en la cual la persona obtiene los resultados esperados y, por lo tanto, se encuentra satisfecha en ese aspecto. Pero ¿qué sucede cuando mezclamos en un tubo de ensayo miedo, creencias, y malas experiencias? El resultado no es más que un veneno letal para nuestros sueños y proyectos.


Así tenemos que el miedo al éxito es una condición psicológica caracterizada porque la persona o personas, ante la contingencia de llegar alcanzar el éxito en un proyecto o área determinada, realiza esfuerzos, conscientemente o no, para evitar dicha posibilidad.


El miedo al éxito se caracteriza principalmente porque pensamos que no seremos capaces de conservar el estado de éxito, que en otras palabras es miedo al fracaso. Miedo al rechazo de las personas que nos rodean por causa del propio éxito y algo que es más triste, a no querer ser exitosos por creer no merecerlo, por algún sentimiento de inferioridad o falta de autoconfianza.


Por otro lado nos preguntaremos, ¿cuáles pueden ser las causas que hacen que sienta miedo cuando quiero lograr algo? Por lo general tiende a remontarse a nuestra niñez, por ejemplo hemos asociado el éxito a un trauma, con la pérdida de privacidad o con el aumento de tensiones y sobre todo de responsabilidades. Así mismo, comentarios negativos recurrentes que provocaron reducción de nuestra autoestima, también, hemos sobrevalorado la palabra éxito inflándola de tal manera que se convierte en un globo que puede explotar en nuestras manos.


Cuando quise emprender mi primer proyecto recuerdo que recién entraba en la universidad, pero pensé: “bueno todavía soy muy joven, más adelante será mejor época, las cosas en la economía mejorarán y eso me favorecerán más. Así, las posibilidades de fracaso serán menores”. Luego el tiempo pasó, y tras varios intentos, el mismo comportamiento impidió que llevara a cabo tantos sueños como intentos pudiera imaginar.


En el día a día veo como muchas personas tratan de llevar a cabo sus proyectos pero tienen miedo a ser reconocidos, criticados, referentes, etc. Y ustedes me preguntarán cómo hice para vencer ese miedo; sólo puedo decir que actuando según me dicta el corazón, eso es lo único que me ayuda a superar mis miedos. Cuando creo que algo no me va a salir bien y que por eso puedo ser condenado o criticado, me alegro, digo “¡Uau! Por fin soy exitoso.


José Antonio Molina Mora


Coach para emprendedores.




Para escribir este artículo me apoyé en las siguientes referencias: